"Hemos experimentado la compasión de Jesús (el perdón de nuestros pecados, su paciencia con nosotros en nuestra
debilidad y en nuestra cobardía): él se ha convertido en alguien que viaja con nosotros y que nos sirve con su amor.
Por ello nos sentimos impulsados a encarnar ese amor en nuestra vida, a fin de vivir su compasión con todas las personas".
Del Typicon del Skete de la Santísima Trinidad
debilidad y en nuestra cobardía): él se ha convertido en alguien que viaja con nosotros y que nos sirve con su amor.
Por ello nos sentimos impulsados a encarnar ese amor en nuestra vida, a fin de vivir su compasión con todas las personas".
Del Typicon del Skete de la Santísima Trinidad
Fundación fructífera e irradiación de la ortodoxia
Consideramos como comunidad madre al skete de la Santísima Trinidad, fundado el 24 de febrero de 1997, en Barrosa, Veracruz, Estados Unidos Mexicanos, por el entonces archimandrita David (René Joseph Marcel Poirier), quien, además, fue su primer ihumen. El 17 de junio de 2005, en Kiev, Ucrania, recibió la bendición como segundo ihumen el metropolita Daniel (de Jesús Ruiz Flores), quien hasta la fecha se mantiene en esa honrosa posición de servicio.
En 2008, por razones pastorales, la metropolía de México y de toda Latinoamérica decidió trasladar el skete a Xalapa, capital de Veracruz; pero no ha dejado de seguir la regla de san Feodosij Manyavskij (Teodosio de Manyava), de dar frutos y de servir como punto de irradiación de la ortodoxia.
Algo que caracteriza a los monjes del skete de la Santísima Trinidad es que, además de los votos tradicionales de pobreza, castidad y obediencia (este último incluye el de estabilidad monástica), han decidido profesar uno más: el de oración incesante.
Dice el typicon: "Para el cumplimiento de estos votos, estamos atentos a los consejos tanto del abad (ihumen) como de los otros monjes; y nos mantenemos a la escucha de la voz de Dios que susurra en el fondo del propio corazón".
Al mismo tiempo, los monjes tienen "la obligación de 'trabajar en el mundo", para que puedan apoyarse mutuamente en su sustento. Aplican, así, sus "compromisos individuales con Dios" y entre ellos, "en obediencia al bien común". Quieren vivir "en consonancia con las inclinaciones del amor de Jesús"; ser “peregrinos compasivos", porque libre y alegremente quieren "compartir con los demás ese amor".
Los monjes del skete buscan desarrollar una vida de intimidad con el Señor:
Además, desarrollan un espíritu de recogimiento, de humildad y de caridad fraterna:
De acuerdo con su typicon, los monjes del skete de la Santisima Trinidad se sienten "llamados a ser 'peregrinos compasivos'", pues quienes compartir "libre y alegremente (...) con los demás el amor (...) de Jesús".
Y afirman: "Nuestro carisma (...) nos lleva a dar vida al mundo mediante el misterio de darnos a nosotros mismo; a estar tan vivos, en el Amor de Jesús, que otras personas reciban vida de nosotros".
En 2008, por razones pastorales, la metropolía de México y de toda Latinoamérica decidió trasladar el skete a Xalapa, capital de Veracruz; pero no ha dejado de seguir la regla de san Feodosij Manyavskij (Teodosio de Manyava), de dar frutos y de servir como punto de irradiación de la ortodoxia.
Algo que caracteriza a los monjes del skete de la Santísima Trinidad es que, además de los votos tradicionales de pobreza, castidad y obediencia (este último incluye el de estabilidad monástica), han decidido profesar uno más: el de oración incesante.
Dice el typicon: "Para el cumplimiento de estos votos, estamos atentos a los consejos tanto del abad (ihumen) como de los otros monjes; y nos mantenemos a la escucha de la voz de Dios que susurra en el fondo del propio corazón".
Al mismo tiempo, los monjes tienen "la obligación de 'trabajar en el mundo", para que puedan apoyarse mutuamente en su sustento. Aplican, así, sus "compromisos individuales con Dios" y entre ellos, "en obediencia al bien común". Quieren vivir "en consonancia con las inclinaciones del amor de Jesús"; ser “peregrinos compasivos", porque libre y alegremente quieren "compartir con los demás ese amor".
Los monjes del skete buscan desarrollar una vida de intimidad con el Señor:
- Rindiendo culto a Dios y participamos en la divina liturgia, en el oficio diario y en los sacramentos;
- Practicando la incesante Ісусова молитва, la "oración de Jesús" (también conocida como "oración del nombre de Jesús" u "oración del corazón") y la contemplación silenciosa;
- Mostrando amor y devoción a la Madre de Dios, a quien llaman “dichosa todas las generaciones” (Lucas 1, 48);
- Guardando el silencio monástico cuando no estorba al servicio o a los santos deberes de la vida en común;
- Leyendo la palabra de Dios y los escritos de los padres y de otros maestros espirituales.
- Guardando, en пустинь, pústin, el silencio y la contemplación (cada día, al menos media hora; cada semana, al menos medio día; y cada más, al menos un día entero);
- Ofreciendo dirección espiritual, consejería individual y grupal, vida supervisada, educación y formación continua.
Además, desarrollan un espíritu de recogimiento, de humildad y de caridad fraterna:
- Siendo conscientes de la presencia de Dios en su propia vida y en la de los demás;
- Absteniéndose de las críticas negativas o destructivas y de las quejas;
- Sirviendo a todos los que sufren y a todos los necesitados, y dialogando con ellos sin violencia, de manera abierta, constructiva y fraterna;
- Construyendo la paz;
- Encarnando las bienaventuranzas en la vida cotidiana.
De acuerdo con su typicon, los monjes del skete de la Santisima Trinidad se sienten "llamados a ser 'peregrinos compasivos'", pues quienes compartir "libre y alegremente (...) con los demás el amor (...) de Jesús".
Y afirman: "Nuestro carisma (...) nos lleva a dar vida al mundo mediante el misterio de darnos a nosotros mismo; a estar tan vivos, en el Amor de Jesús, que otras personas reciban vida de nosotros".
Productos san Trifón
Para ayudar a su sostenimiento, el skete de la Santísima Trinidad elabora pomadas y tinturas medicinales, siguiendo procedimientos y recetas monásticas tradicionales.
Es el muy reverendo padre Konstantin (Carlos Andrés Flores Ojeda) quien personalmente supervisa la pureza de los ingredientes, así como la calidad del producto terminado.
También hace a mano almohadillas terapéuticas, rellenas de semillas, hierbas y esencias, ideales para la aplicación de calor (termoterapia) o de frío (crioterapia), que despiden deliciosos y relajantes aromas.
Estas actividades están colocadas bajo el patronazgo y la protección de san Trifón, sanador y anárgiro, que nació alrededor del año 232 en la actual Turquía, y que fue martirizado, cerca del año 250, durante las persecuciones del emperador romano Trajano Decio.
Lo anterior, desde luego, no es una innovación: la mayoría de las comunidades monacales contaron siempre con hospederías, para recibir peregrinos; y con una enfermería, donde, si en un primer momento eran alojados y atendidos allí los monjes y las monjas, más tarde encontraron lugar, incluso, los pacientes seculares atraídos por los cuidados especializados que se les prestaba.
Además, cada comunidad monacal tenía su propio "jardín casero", donde había cultivo de hierbas y de plantas medicinales. Estos vegetales, una vez secos en ambiente bien aireado, eran puestos en armarios de madera maciza, sin vidrios, para proteger las preparaciones de la luz. A veces la preservación era hecha mediante la producción de tinturas, macerados, jarabes, etcétera.
Una de las funciones de las comunidades monacales era la de aliviar a los muchos que, en un tiempo, recorrían los caminos de la fe: los peregrinos. Éstos encontraron en ellas descanso, hospitalidad y curaciones.
Paralelamente y siguiendo otra venerable tradición, los monjes del skete de la Santísima Trinidad preparan además panes y pasteles, así como licores de hierbas y frutas. Todos están disponibles bajo pedido. También comparten su delicioso café de altura.
Es el muy reverendo padre Konstantin (Carlos Andrés Flores Ojeda) quien personalmente supervisa la pureza de los ingredientes, así como la calidad del producto terminado.
También hace a mano almohadillas terapéuticas, rellenas de semillas, hierbas y esencias, ideales para la aplicación de calor (termoterapia) o de frío (crioterapia), que despiden deliciosos y relajantes aromas.
Estas actividades están colocadas bajo el patronazgo y la protección de san Trifón, sanador y anárgiro, que nació alrededor del año 232 en la actual Turquía, y que fue martirizado, cerca del año 250, durante las persecuciones del emperador romano Trajano Decio.
Lo anterior, desde luego, no es una innovación: la mayoría de las comunidades monacales contaron siempre con hospederías, para recibir peregrinos; y con una enfermería, donde, si en un primer momento eran alojados y atendidos allí los monjes y las monjas, más tarde encontraron lugar, incluso, los pacientes seculares atraídos por los cuidados especializados que se les prestaba.
Además, cada comunidad monacal tenía su propio "jardín casero", donde había cultivo de hierbas y de plantas medicinales. Estos vegetales, una vez secos en ambiente bien aireado, eran puestos en armarios de madera maciza, sin vidrios, para proteger las preparaciones de la luz. A veces la preservación era hecha mediante la producción de tinturas, macerados, jarabes, etcétera.
Una de las funciones de las comunidades monacales era la de aliviar a los muchos que, en un tiempo, recorrían los caminos de la fe: los peregrinos. Éstos encontraron en ellas descanso, hospitalidad y curaciones.
Paralelamente y siguiendo otra venerable tradición, los monjes del skete de la Santísima Trinidad preparan además panes y pasteles, así como licores de hierbas y frutas. Todos están disponibles bajo pedido. También comparten su delicioso café de altura.